Esta iniciativa va a permitir a la ciudadanía disfrutar de un icono de la ciudad desde una perspectiva única, pudiendo acceder a su cornisa a través de un andamio especialmente habilitado para la ocasión y recorrer el perímetro del monumento, mientras un guía especializado en historia y restauración desvela las claves y líneas maestras del proceso de intervención.
Los recorridos se desarrollarán los fines de semana, incluido el último de julio, los días 30 y 31 de julio, y durante todo el mes de agosto, en horario de mañana.
En septiembre, los días laborables del 1 al 16 se harán visitas también en horario de tarde y desde el día 19 hasta final de mes en horario de mañana y tarde, manteniendo las visitas de fin de semana solo en horario de mañana durante todo el mes de septiembre y el primer fin de semana de octubre. La duración del recorrido será de 50 minutos, con un aforo por visita de 18 personas (mayores de 18 años) acompañados de un guía y un auxiliar.
Historia de un monumento emblema de Madrid
La Puerta de Alcalá es un emblema patrimonial de la ciudad de Madrid y también del Paisaje de la Luz, bien cultural incluido en la Lista de Patrimonio Mundial desde el 25 de julio de 2021.
Esta declaración reconoce el valor universal excepcional del Paseo del Prado y el Buen Retiro, con su correspondiente entorno, como un paisaje de las artes y las ciencias modelado por el ser humano a la largo de la historia.
Construida entre 1769 y 1779, según el diseño del arquitecto e ingeniero real Francisco Sabatini, la Puerta de Alcalá es una sólida construcción de cinco vanos, los tres centrales de medio punto y los dos laterales adintelados y de menor altura, que desde su concepción se levantó como una estructura que debía armonizar con la reforma recién emprendida en el cercano Prado.
Hoy se puede contemplar la puerta aislada, desprovista del contexto urbano original y de los elementos de cierre de la capital que abrazaron la estructura durante mucho tiempo, entre ellos, sus cinco rejas de hierro vizcaíno de la mejor calidad. Además, la inscripción bajo el dintel superior mantiene viva la memoria del monarca que impulsó su construcción, Carlos III.
La estructura de la puerta se levantó en piedra berroqueña (granito de Guadarrama) mientras su ornato, obra de dos escultores de Cámara del rey y profesores de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (el abulense Francisco Gutiérrez y el francés Robert Michel) se labró en caliza de Colmenar. Una combinación de materiales pétreos que establece un sutil juego cromático de grises y blancos que se mantiene en los diseños de sus dos fachadas, una exterior, orientada hacia el este y otra hacia el oeste, entonces el interior de la ciudad.
Durante sus más de 200 años de historia, se han realizado al menos cinco intervenciones que siempre han mantenido las huellas de los acontecimientos bélicos que se desarrollaron en sus cercanías: la entrada en Madrid del ejército francés el 3 de diciembre de 1808 durante la Guerra de Independencia; de nuevo el acceso de un contingente militar en la ciudad el 23 de mayo de 1823, los Cien Mil Hijos de San Luis, y una batalla de carros de combate en 1939.