En el acto de presentación del Manifiesto en defensa de la memoria de Jean Laurent, celebrado en la sede del Círculo de Bellas Artes de Madrid con la participación de su presidente, Juan Miguel Hernández de León, sus firmantes han manifestado su «sorpresa» por la celeridad con que el consejero de Educación Enrique Osorio ha respondido a una petición que ellos todavía no habían presentado, en relación a la información aparecida esta mañana en el diario La Razón, en la que se afirmaba que la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid no cambiará el nombre del Colegio Francisco de Quevedo y dará el nombre de Jean Laurent a un pabellón de sus instalaciones.
Los portavoces de la reivindicación de la figura de Jean Laurent (1816-1886), el catedrático y director del Grupo de Investigación Fotodoc-UCM, Juan Miguel Sánchez Vigil, y el director del Área de Cultura y Centro Documental de la Fundación Anastasio de Gracia, José María Uría Fernández, han expresado su «profundo desacuerdo» con dicha decisión, así como una «gran indignación por la manera de actuar de los responsables de la gestión educativa de la Comunidad de Madrid».
Durante el acto de presentación de la petición de cambio de nombre para el colegio, que cuenta con el aval de 115 personalidades, académicos, técnicos e instituciones del mundo de la Cultura y la Fotografía, Sánchez Vigil y Uría han añadido que la negativa del gobierno madrileño para otorgar a Laurent el nombre del colegio instalado en el edificio que él mismo construyó como sede de su casa, estudio y laboratorio se fundamenta en un «argumento absurdo» y en «conjeturas históricas por demostrar».
En su intervención han añadido que «no tienen ningún sentido» la explicación que ha dado la consejería: «El consejero dice que poner el nombre de Laurent a todo el centro diluye la vinculación del fotógrafo con el pabellón principal, pues el CEIP tiene otras edificaciones sin relación con él. Cuando precisamente es al contrario. Llamar al todo el colegio por lo que ellos consideran una parte, en ningún caso diluye sino que magnífica el nombre de Laurent.
En cambio hacerlo a la inversa, como propone el señor Osorio, minimiza la merecida gloria de Laurent que queda subrogada a otro nombre, en este caso el de Quevedo».
Además, han explicado que la consejería: «trata de buscar a la desesperada argumentos históricos para defender su postura, sin encontrarlos. Recurre a una serie de conjeturas sin base documental, apoyadas solo en el hallazgo de una serie de coincidencias temporales: el nacimiento de la Sociedad de Amigos de Quevedo con la creación del colegio en los años 30». Han terminado su intervención instando al consejero a que «no se precipite al tomar la decisión y atienda a los contundentes argumentos (estos sí avalados por la investigación), a la necesidad histórica de hacer justicia a Laurent y, sobre todo, en su caso a la petición democrática realizada por el Consejo Escolar del centro, que no solicita un pabellón sino el cambio de nombre de la escuela». Por último, la actriz y cineasta Amparo Climent se ha encargado de leer el Manifiesto antes de dar paso a un turno de intervenciones de los asistentes.
Texto enviado por Alberto Tellería
Foto de Antonio c Colino