31 de mayo , día sin tabaco y sin los humos contaminantes.
Los/las fumadores jóvenes y adultos conocen los efectos nocivos del tabaco y por tanto no deberían convertirse en elementos contaminantes de las personas que están en su entorno familiar, laboral, vecinal, de ocio…etc..
No tendría que hacer falta el aviso de la autoridad para prohibir, sino pensar más como ciudadano en un entorno público que cómo consumidor privado.
Fumar es un ejercicio individual inducido por la publicidad
de un consumo privado que afecta al colectivo que rodea a los/las consumidores de tabaco.
En el mismo orden de cosas, las autoridades deberían impulsar el fin de las emisiones de humos contaminantes por parte de las empresas fabricantes de combustibles y de las que por su actividad económica expulsan a la atmósfera gases nocivos.
El consumo de tabaco es individual y público, y por tanto, fácil de culpabilizar.
Los contaminantes químicos masivos, muy superiores en efectos nocivos al tabaco, son más difíciles e incómodos de culpabilizar para los poderes políticos y económicos.